1) Cuando tu cachorro llegue a su nuevo hogar, es una buena idea proveerlo de
una bolsa de agua caliente y colocarle un reloj que haga "tic-tac" en el cuarto
donde duerme. Eso lo ayudará a no extrañar el calor del cuerpo de su mamá
ni los latidos de los corazones de sus hermanitos, y puede ayudarlo a
relajarse en su nuevo ambiente, evitando que aúlle por angustia y soledad.
2) Al llevar tu cachorro al veterinario para sus primeras vacunas y chequeos de
salud, es una buena práctica sentarse con el perrito en el regazo mientras se
espera ser atendido y no tenerlo en el piso. Además de confortarlo y
tranquilizarlo más fácilmente en esta posición, hay que considerar el hecho de
que puede haber un número de animales enfermos en la clínica y tu perrito es
vulnerable a contagiarse debido a su corta edad. Debes evitar que el cachorro
entre en contacto directo con otros animales que pueden tener enfermedades
infecciosas y estar allí al mismo tiempo que tu perrito. Es interesante también
hacer un esfuerzo para asegurarse de que los viajes de tu perrito a los
veterinarios sean para él una diversión. No hay que permitir que te note
nervioso y en cambio es útil llevar un juguete para divertir al cachorro mientras
espera sentado en tu regazo.
3) Asegúrate que desde el primer momento en que tu perrito llegue a casa
disponga de un espacio propio, un lugar privado para dormir que no sea
utilizado por las personas de la familia u otros animales domésticos. Tu perrito
se beneficiará si se le permite pasar períodos cortos en soledad en su lugar
propio y retornará a los juegos con la gente más contento y relajado.
4) Intenta cerciorarte de que tu cachorro esta adecuadamente entretenido
vigilándolo a intervalos regulares durante el día. En períodos largos que debe
permanecer solo en la casa si no ha sido estimulado al juego puede
desarrollar comportamientos destructivos. Los pequeños juegos de tirar lejos
un juguete y pedirle que lo traiga reiteradas veces estimulan la relación contigo
y permiten que el cachorro gaste sus energías.
5) No debes sobre entrenar al cachorro. Hay que recordar que un año de vida
para un perro es similar a siete años de vida en los humanos. Es una buena
regla hacer la conversión y ubicar la edad "humana" del cachorro para saber
hasta donde podemos exigirlo de acuerdo a su maduración. Las buenas
maneras, la limpieza, la sociabilización misma no debe forzarse creyendo que
son rebeldes al entrenamiento cuando puede ser que en realidad no estén lo
suficientemente maduros. Lo que debes asegurarte es enseñarle a responder
al nombre, sin utilizar sobrenombres que lo confundan y establecer con él una
relación de afecto que es siempre más importante que la disciplina en las
primeras etapas de la vida de un cachorro.
6) Enséñale a tu cachorro que morderte no es una experiencia agradable para
ti reaccionando como si el dolor a sus mordiditas juguetonas fuese
mayor. Mostrarle expresiones sobre exageradas de dolor es más efectivo para
que nos comprenda que regañar al perro para que ponga fin a ese comportamiento.
7) Tienes que decidir desde el principio que es aceptable y que no lo es en tu
casa. Si no quieres que el perro use el sillón de la sala nunca le permitas
subirse. No te dejes convencer por su mirada tierna y lo dejes un rato si vas
luego a retarlo cuando vuelva a subirse. Las normas deben ser claras,
rotundas y siempre las mismas.
8) Todos los perritos aman saltar al saludar a cualquier persona. Más que
reprenderlo, simplemente no tienes que hacerle caso y obligarlo así a que
espere hasta que deje de saltar para prodigarle cualquier atención. Sobretodo,
no tienes que animar ese comportamiento acariciando o elogiando al perro
cuando está en la posición de saltar. Si bien puede resultar gracioso mientras
sea cachorrito y, dependiendo de la raza y su tamaño de adulto, este
comportamiento puede traer problemas cuando el perro sea grande y sabe que
saltar es una manera fácil de recibir atención.
9) El nombre que elijas a tu cachorro estará con él el resto de su vida, Cerciórate de que lo aprenda asociándolo a cosas agradables y divertidas. No permitas que solo oiga su nombre cuando ha hecho alguna travesura, en lo posible nunca uses el nombre para retarlo. La palabra "NO" es suficiente para cubrir cualquier comportamiento negativo.
10) A partir del momento en que tu cachorro entra en tu vida enséñale que
responder al llamado y venir hacia ti no es nada malo sino que, por el
contrario, es la mejor cosa del mundo. Los perritos no pueden resistir a los
seres humanos que se sientan en el piso con las piernas separadas mientras
que con un gesto muy simple los persuaden de venir hacia ellos llamándolos
por su nombre. Responder al llamado debe ser una experiencia agradable y la
recompensa serán siempre caricias, esto traerá grandes ventajas cuando el
perro sea adulto ya que siempre responderá a nuestro llamado. |