"Perros terapéuticos"

 Rosa Taragano de Azar
  

 

Los perros encarnan valores terapéuticos altamente positivos

Desde que comencé a escribir (año 1967) vengo sosteniendo que la compañía de los perros
resulta una excelente terapia para personas enfermas o con problemas físicos o psíquicos.
Los beneficios de su presencia fueron reconocidos por médicos y psicoterapeutas que han podido comprobar que debido al gran repertorio de expresiones corporales y faciales de estos perros, de ojos profundamente tiernos y expresivos, estas personas llegan a identificarse plenamente con sus mascotas, comprobándose que, además de compañero y guardián, sirven para mejorar estados depresivos, llenando necesidades psicológicas, vacíos emocionales y dando significado de vida a personas solitarias, jubiladas, enfermas, abandonadas y que sienten que ya nadie los necesita, como si su vida se hubiera acabado.



La atención que reclaman esos nobles animales, eleva y rescata al hombre de su tendencia a incomunicarse, charlando con su perro, que lo escucha siempre con gran atención. Acariciándolo, enseñándole, jugando y llevándolo a pasear, dándoles la posibilidad de intercambiar consejos y anécdotas con otras personas, lo que los libera del estrés a los cuales se encuentran sometidos. Mitigando en cierto modo su necesidad de afecto al recibir de ese animal, su aura de amor y lealtad. 
  
Resulta una excelente terapia para niños que presenten perturbaciones mentales, autistas, solitarios, introvertidos o con dificultad de palabra y relación, que sin darse cuenta intentaran iniciar una comunicación con su perro siempre dispuesto a escuchar. Llevándolos inconscientemente al desarrollo de la amistad, anulando inhibiciones y posibilitando la relación con otros niños, conectándolos socialmente.
 
Con impedidos físicos, que presenten perturbaciones motoras, motivándolos a desplazarse, jugando, invitándolos a realizar una movilización pasiva sin esfuerzo que los lleva a la reeducación y modificación de las formulas motoras deterioradas por la enfermedad. 
Ayudándolos a elevar su autoestima, confianza, dándoles un nuevo significado a sus vidas, y lo más importante, dejándoles entrever un verdadero sendero tapizado de amor que proviene de su compañerito de 4 patas.
   
A secundar las necesidades de personas en sillas de rueda, levantando del suelo cualquier objeto que se le caiga entregándola en sus manos. Alcanzándoles el teléfono, abrir puertas, heladera, encender luces, la televisión, etc. Una gran cantidad de menesteres que toda persona necesita, dando cierta autonomía al enfermo que no se siente tan dependiente de otros y disminuido. Elevando de ese modo su autoestima y seguridad en la vida.

De gran ayuda para personas sordas o sordomudas, diferenciando y seleccionando cada sonido, especialmente los básicos; timbre de calle, despertador, teléfono, llanto del bebe, tetera hirviendo, alarma de principio de incendio etc. Discriminando el origen del sonido, y llamando su atención para ser seguido o tomándole la mano con el hocico. Dándoles autonomía al integrarse, con la ayuda de su perro, dentro de un entorno donde prevalecen los múltiples sonidos que escapan a sus oídos. 
Y en el caso de personas no videntes, los perros guías los rescata de las tinieblas en la que se encuentran sumidos, poniendo al alcance de sus pupilas sin luz, una luz que viene a iluminar el camino hacia una identificación plena de amor y compañerismo. Dejando atrás algo de sus temores y nostalgias al sentir nuevamente, que con ayuda de ese noble animal, que lo protege y guía, puede volver a transitar por la vida, al fundirse las barreras de su inhibición y sentir nuevamente en su corazón el repique de las campanas que quiebra los finos cristales de su prisión. 

 

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